Los alrededores de la Casa Vermouth Padró de Bràfim
De vermuturismo en otoño
Otoño es un buen momento para descubrir algunos de los secretos de la elaboración del vermut. Con la visita guiada en la Casa Vermouth Padró se puede aprovechar para conocer un poco más de esta parte del Camp de Tarragona. Este pueblo de la comarca del Alt Camp está rodeado de cerezos, olivos y viñedos que en otoño respiran a trabajo hecho mientras sus pámpanas van cambiando de color. Las viñas se labran y pasan del verde a los tonos ocres y rojizos y finalmente descansarán. Las bodegas están ocupadas trabajando. Hay días que se nota ese olor tan característico de después de la vendimia cuando se trabaja el mosto y se empieza todo el proceso de elaboración del vino.
Desde el Santuario de la Mare de Déu del Loreto se abre una vista panorámica de Bràfim. Sobresalen la iglesia de Sant Jaume y las tinas de acero inoxidable de la Cooperativa y de la Bodega Padró.
La iglesia parroquial es un edificio de transición del gótico tardío al barroco que se erigió a finales del siglo XVII sobre la planta de un templo anterior. Alberga un magnífico retablo barroco de la Cama de la dormición de la Virgen.
Desde esta colina también destaca la torre de vigía de Cal Garriga, donde ahora se encuentra la Casa Vermouth Padró.
La Ermita, que es como los habitantes de Bràfim conocen su santuario, es un edificio de estilo neorrománico de finales del siglo XIX construido sobre un templo derrocado. Desde hacía dos siglos ya acogía una imagen de madera de la Virgen llegada de un peregrinaje a Roma.
Es un lugar muy apreciado para realizar celebraciones religiosas así como para pasar un rato de ocio entre pinos y olivos.
Tierras cultivadas desde la Antigüedad
La fuente surtidor del lado de la Ermita de Bràfim, del arquitecto Josep Maria Jujol, nos arraiga a la tierra y a la vez nos invita a volar con la figura de un ave plateada y coronada por una cruz.
Desde aquí se puede empezar una ruta para descubrir la huella en el Camp de Tarragona de este genial arquitecto, como la Ermita de Montserrat en el pueblo vecino de Montferri.
También se pueden visitar las bodegas modernistas del Alt Camp. Y retroceder muchos siglos atrás para descubrir el patrimonio de la época en la que Tárraco era capital de una de las provincias más grandes del Imperio Romano.
Se pueden realizar excursiones a pie hacia el río Gaià y la Tossa Grossa de Montferri, que con 387 metros de altitud se convierte en un buen mirador sobre el Camp de Tarragona.
La Torre del Moro, también conocida como Torre de Montferri, y el conjunto de fortificaciones medievales durante todo el curso del río Gaià y el monasterio cisterciense de Santes Creus nos recuerdan que esta zona había sido durante mucho tiempo tierra de frontera entre el mundo cristiano y el musulmán. De hecho, el topónimo de Bràfim podría venir de la época de dominio árabe aunque hay historiadores que defienden que el nombre del pueblo es de origen judaico. De todas formas, los pueblos autóctonos íberos y más adelante los romanos a partir del siglo II aC ya poblaban esta zona y cultivaban olivos y viñas.