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¿Sabes que la naranja amarga es un cítrico imprescindible en el vermut?

Los cítricos son grandes aliados para nuestra salud por su gran cantidad de vitaminas, minerales y fibra. Por eso, en esta ocasión hablaremos de uno de los cítricos más utilizados en la elaboración del vermut, la naranja amarga.

El árbol

El naranjo amargo, citrus aurantium, es un árbol originario de India y China, aunque también se puede encontrar en España. De hecho, en Padró i Família tenemos una plantación de más de 600 árboles de cítricos -para su uso en el vermut- entre los cuales el naranjo amargo es uno de los más significativos.
Es un árbol perenne de copa redondeada que puede llegar a alcanzar los ocho metros de altura y cuyas flores son blancas y de gran fragancia. Su cultivo se destina única y exclusivamente a fines alimentarios.

El fruto

La naranja amarga es redonda y ligeramente aplastada por los extremos, tiene la corteza arrugada y la pulpa es de sabor amargo. Se utiliza principalmente para hacer mermeladas y licores.

Uso para el vermut

Empleamos la cáscara de la naranja amarga para la elaboración de varios de nuestros vermuts, tanto Myrrha como Padró & Co., podríamos decir que es uno de los cítricos indispensables.
Para poder utilizar la naranja amarga, primero retiramos la piel minuciosamente y la dejamos secar. Posteriormente, cuando está en su momento idóneo, preparamos esta cáscara para añadirla a la mezcla de botánicos que formarán las infusiones de nuestros vermuts.
El enólogo de la bodega es quien utiliza los botánicos, en su justa medida, para que conjuguen a la perfección con el vino y los demás componentes y así formar un vermut bien equilibrado.

Acción farmacológica

La cáscara del fruto -que es la que añadimos a la infusión de los vermuts- es digestiva y venotónica, es decir, favorece la resistencia de los capilares venosos y ayuda a aumentar el tono de las venas en general. No es de extrañar entonces que se utilice como remedio para enfermedades venosas como las varices o la arteriosclerosis.
Su inocuidad hace de este fruto un buen antídoto para utilizar también durante el embarazo, para ayudar a mitigar los problemas derivados de la circulación, como la inflamación en las piernas.
El aceite esencial que se elabora con las flores de este árbol tiene efectos sedantes y antiespasmódicos, mientras que el aceite de sus semillas se emplea para bajar los niveles de colesterol, por su riqueza en ácidos grasos esenciales.

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