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La salvia, una planta aromática y medicinal muy presente en el vermut

La salvia, de sabor amargo y picante a la vez, se puede detectar a menudo en los vermuts blancos y es uno de los botánicos que nosotros también utilizamos para elaborar el Myrrha Rojo y el Rojo Clásico de Padró & Co. Se trata de una de les especias aromáticas más conocidas en el entorno mediterráneo. Esta planta es conocida desde la Antigüedad por sus propiedades beneficiosas y con este nombre genérico se denomina popularmente a la especia Salvia Officinalis, perteneciente a la familia de las lamiáceas. 

El nombre de salvia viene del latín, del verbo “salvare” (salvar, conservar) y del adjetivo “salvus” (sano y salvo). Plinio el Viejo, procurador imperial romano del siglo I dC, en su Historia Natural ya describió detalladamente la salvia y sus diversos usos purgativos. De hecho, parece ser que en la cuenca del Mediterráneo ya se utilizaba de mucho antes. Existe la hipótesis que los antiguos egipcios la habrían empleado para tratar las enfermedades abdominales, el asma, los dolores dentales y las picaduras. 

A lo largo de la historia ha sido protagonista de refranes que destacaban sus propiedades curativas y ha aparecido en tratados de botánica y en textos históricos. Por ejemplo, en el Capitulare de Villis del Imperio Carolingio, un acta legislativa de finales del siglo VIII, la salvia aparece como una de las 73 plantas que había que plantar en los jardines reales. Durante la Edad Media fue una planta muy apreciada que se cultivaba en los jardines de los monasterios de Europa. 

Una planta para todo el cuerpo

El médico y botánico alemán del siglo XVI, Hieronymus Bock, también ensalzaba las virtudes del vino de salvia, o la hierba cocinada en el vino, y del agua de salvia como remedio para diferentes partes del cuerpo. Según este médico, la salvia eliminaba el veneno, calmaba la tos, calentaba el hígado y la matriz, aliviaba las enfermedades derivadas del frío y sanaba úlceras, heridas, llagas y picaduras.

Las propiedades astringentes de la salvia y su capacidad de tensar los tejidos mucosos y tonificarlos hacen que sea una planta muy valorada en herboristería. Alivia dolores de garganta y problemas bucales. Así, la salvia es un ingrediente habitual en dentífricos y enjuagues bucales. 

Sus propiedades antiinflamatorias son beneficiosas para aliviar dolores menstruales e incluso para combatir la sudoración excesiva y los sofocos. La salvia es buen antiséptico para curar problemas de piel y sanar heridas y llagas. El aceite esencial de salvia se puede utilizar también para masajes. Además, recientes estudios también han demostrado que la salvia, tomada en infusión, pastillas o tinturas, mejora la función cognitiva y nivela los marcadores del colesterol y de la diabetes gracias a sus propiedades antioxidantes. 

La salvia en la gastronomía y en la industria de los licores

Esta planta también es apropiada para mejorar las digestiones y aliviar los gases ya sea tomándola en infusión o como hierba aromática para aderezar platos. Su sabor amargo y picante a la vez da un toque especial como condimento sobre todo en platos de carne pesados. Se trata de un complemento versátil que se puede añadir a muchos alimentos.

Además, también se utiliza en la industria de las bebidas espirituosas, como uno de los ingredientes en muchos licores de hierbas o bien como botánico principal en el licor de salvia. La salvia es una de las plantas presentes en la infusión de botánicos para la elaboración de algunos de nuestros vermuts, un proceso que comprenderemos bien durante la visita guiada a la Casa Vermouth Padró. 

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